Después de eso empecé a desempeñarme como psicóloga clínica trabajando con pacientes individuales, niños y adolescentes, y luego comencé a realizar terapias de grupo, en lo que llevo ya varios años ejerciendo. Esta forma de terapia siempre me llamó la atención porque reúne varias características que la hacen muy única y que van de la mano con mi forma de ser: Es una terapia efectiva, directa, lúdica y muy dinámica. Los pacientes en ella aprenden, logran cambios rápidos y a la vez, disfrutan, se relajan y generan vínculos positivos con pares, aprendiendo unos de otros, lo que también tiene un efecto muy beneficioso para su autoestima.
Los últimos años he continuado formándome para darles la mejor atención posible a mis pacientes. El 2020 hice un diplomado de Prevención de Suicidio en la UAndes y he realizado varios cursos de perfeccionamiento en temas como trastornos de personalidad, TEA y Psicofármacos.